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domingo, 28 de diciembre de 2014

capítulo Patrimonio y manejo de recursos Tesis Vivina P.Salvetti

Hola amigos.
Esta entrada corresponde a los capítulos dedicados al análisis de las particularidades referidas al ámbito del Patrimonio y el consecuente manejo de recursos culturales.
En el primer capitulo presento una breve reseña hstórica del contexto socio-histórico de la localidad de Puelches, situada en la provincia de La Pampa.
En el siguiente capítulos procedo a describir lo que históricamente se ha definido como patrimonio cultural (partcualrmente desde  el derecho y la arqueología) para derivar lo que los antropólogos han relevado que realmente ocurre en aquellas comunidades que cuentan con la disponibilidad de tales recursos específicos.
Mi Tesis parte de una confusión conceptual entre herencia y patrimonio, distinción que permite comprender por qué muchas veces lo lugareños se resisten a reconocer como propias ciertas tradiciones, lugares o prácticas vinculados con un pasado doloroso.
Espero que les aumente la comprensión de los fenómenos que posteriormente serán integrados en el modelo sistémico propuesto.
Muchas gracias por la lectura 
Vivina Salvetti




G.   Particularidades de los contextos                                                                      
      G.1   Situación socio-histórica de la localidad de Puelches                                          
      G.2   Historia  local. Fundación de una colonia pastoril indígena                                
       G.3   Contexto provincial. Recuperación de identidad en espacios antagónicos                      

H.   Patrimonio como legitimación de identidades                                              
       H.1    Antecedentes                                                                                                       
       H.2    El largo camino para reconocimiento legal de los pueblos originarios   
       H.3    Convenciones de protección patrimonial                                                                 
       H.4    El Patrimonio ¿algo dado?  Confusión entre Herencia y Patrimonio                
       H.5    Ciencia y creencias locales                                                                                    
       H.6    El proyecto de manejo participativo del patrimonio                                              
       H.7    Puelches y el Parque Nacional Lihue Calel                                                          
       H.8.   Interrogantes que emergen del contexto local                                                      





G. Particularidades de los contextos
    G.1    Situación socio- histórica de  la localidad de Puelches
En los primeros capítulos de este trabajo, luego de presentar  evidencia experimental que demuestra tanto la dinámica de los procesos adaptativos de la Memoria así como el Status cognitivo de las emociones, se procedieron a abordar las elaboraciones teóricas de G. Bateson  que permiten dar cuenta de cambios en la trayectoria observable de estos procesos, en los que la noción de contexto resulta fundamental.
Conocer el modo en que se fueron estableciendo las relaciones de los pobladores entre sí, con el gobierno provincial y con instituciones preocupadas por el desarrollo sustentable como la Administración de Parques Nacionales y la UNESCO, resultará vital para entender la situación donde se producen los cambios que propone describir esta Tesis.
En este capítulo, se procederá a  contextualizar a la localidad de Puelches, provincia  La Pampa en los niveles local y provincial,  mediante la integración de los aportes de historiadores y antropólogos que han trabajado sobre el terreno, tanto de la provincia de La Pampa como desde organismos oficiales, a fin de dar cuenta del contexto general ofrecido.[1]

G.2     Historia local -  Fundación de una colonia pastoril Indígena
La localidad de Puelches (o “de los Puelches”) situada en la provincia de La Pampa fue fundada en el año 1900, está ubicada en pleno semidesierto pampeano y cercana al Parque Nacional Lihue-Calel, en el área conocida como “la travesía” en los registros históricos.
¿Qué  datos brinda el registro del Acta de Fundación? [2]
“Buenos Aires, febrero 24 de 1900.
Visto este expediente iniciado por Don Francisco Ñankufil Calderón   …existen todavía numerosas familias indígenas que han pertenecido a diferentes tribus y que desean radicarse mediante la posesión de las tierras  y que hay disponibles tres lotes contiguos de campos fiscales…El Vice-Presidente de la República en ejercicio del PE decreta:
Art. 1- Fúndase bajo el nombre de los Puelches y de conformidad con la ley…del 1884…[3]  una colonia pastoril.”
Art 2-  El Ministerio de Agricultura dispondrá la subdivisión y entrega de los lotes… en el punto más adecuado para las necesidades futuras de la colonización agrícola y formación de un centro urbano.
Art 3- Los indígenas que figuran en la lista presentada por D. Francisco Ñankufil Calderón agregada a este expediente serán preferidos en la adjudicación de lotes en dicha colonia, debiendo ellos…comprobar…que reúnen los requisitos exigidos [4] por la citada ley para obtener su concesión.
Art. 4- Comuníquese, publíquese y dese al Registro Nacional” (Reproducido en Tarquini 2009)
¿Quién era este Francisco Ñankufil Calderón? ¿Quién era su gente? La historiadora Claudia Tarquini, de la Universidad de  La Pampa recuerda que el término Puelches es una denominación para los grupos indígenas que estaban localizados en todo el Este de la Cordillera, donde el término “Che” significa gente y “Puel” designa al Este como punto cardinal, por lo que el término Puelches identifica las gentes del territorio del Este (Tarquini 2009) [5] 

Dentro de ese conglomerado de grupos Francisco Ñankufil Calderón había sido capitanejo de Namuncurá y junto a su heterogéneo grupo residían en calidad de “indios amigos[6] con anterioridad a las campañas militares de Roca.
Ñankufil Calderón había elevado una lista de 89 cabezas de familia que solicitaban tierras.
Sin embargo, de las 89 familias que peticionaron las tierras y debido a las dificultades de mensura  solo 18 lograron obtener una concesión. Y de hecho, de las 18 concedidas ¡11 se encontraban bajo las aguas  de la Laguna Urre Lauquen!
A la imposición de este tipo de lógica que privilegiaba la cuadrícula de los lotes por sobre las posibilidades reales de supervivencia, hay que sumarle el requisito impuesto por la ley, cuya condición para otorgar el título definitivo de las tierras dependía  de la radicación sostenida en el lugar, con cría de hacienda y cultivo de la tierra.
Pero hacer plantaciones y cultivos era una odisea en lugares donde la piedra impide el crecimiento de vegetación, además de tratar de criar animales en lotes anegados con agua salobre o completamente secos.
“Lo pior de todo era la sé… La sé es una cosa terrible, y hay qui aguantarse nomá… sin poder hacer nada, sufriendo nomá. A veces no teníamos agua para darles a los críos…Así fueron muchos años de nuestra vida… viendo cómo la tierra se secaba y mirando morirse a los animales… Nos vinimos a Puelches,  pero cuando el río no viene, el desierto se endurece nomá y la vida se hace muy mala” (Felisa Espíndola, descendiente indígena, fragmento de la declaración registrada en el semanario 7 Días del 8-10-1973, cfr por Tarquini 2009)
 Poco a poco las familias se fueron agrupando en función de la disponibilidad de un recurso tan básico como el agua potable.
Por eso no debería llamar la atención que el informe de los inspectores de tierras que recorrieron el lugar en 1911 muestre que ninguno de los adjudicatarios se encontraba en el lugar asignado originalmente, y que posteriormente de muchos de ellos no se registren más noticias en las fuentes. Por otra parte, se asentaron indígenas que no formaban parte del listado original.[7]
Además de las familias indígenas y de los propietarios que dejaban encargados en sus campos, en el lugar se afincaron una cantidad importante de pobladores criollos y extranjeros, la mayoría de las veces sin contar tampoco con los títulos de propiedad correspondientes.
Las  dificultades hicieron que la población de Puelches evolucionara lentamente y que sufriera una importante merma demográfica entre los años 1947 y 1965, según consta en los censos de población.
Esta merma guarda relación con la disminución del caudal del Curacó luego de que precisamente en 1947 la provincia de Mendoza construyera el dique El Nihuil, que redujo el caudal del Atuel y del Salado. Las frías cifras resuenan con las palabras de doña Felisa “cuando el río no viene, el desierto se endurece nomá y la vida se hace muy mala.”
Las fuentes citadas por Tarquini revela que las  diversas solicitudes de los lugareños (regularizar el loteo, autorizar una Sociedad de Fomento o restaurar el caudal del Salado cercenado desde Mendoza) eran reiteradas desde 1920, pero no encontraban eco en las autoridades correspondientes.
 Desde 1937 (antes de bloquear el caudal del río) se registran pedidos de perforación  para obtener agua potable para la población, que cayeron en oídos sordos.
Habría que esperar hasta 1943 para que se regularizara la situación legal y en 1944 el loteo original previsto para los lotes 33, 34 y 35 quedó delimitado dentro de los lotes 30 y 42
Recién en el año 1965 se llegó a un arreglo interprovincial para permitir periódicamente el flujo de agua hasta Puelches.
Tarquini señala que para la década del ‘40 ya no hay registros de descendientes de los fundadores indígenas participando en la toma de decisiones de la localidad, aunque formen parte  de la población.
Porque la presencia de población indígena en el lugar es innegable. En el Censo Indígena Nacional de 1966, el departamento que contaba con  mayor población indígena era el correspondiente a Puelches, aunque solo 20 personas de las 248 registradas hablasen la lengua indígena.
La Tumba del cacique Ñankufil Calderón (fallecido en 1912) fue descubierta con mucha dificultad en 1971, en un cementerio abandonado en medio del monte, a 30 km de Puelches. Actualmente se encuentra emplazado un mausoleo en forma de punta de flecha, levantado en su homenaje a la entrada del pueblo.
 Hoy Puelches cuenta con 400 habitantes, distribuidos en el área urbana y rural. Hasta hace unos pocos años la localidad resultaba un punto aislado en la travesía hacia el alto valle del Río Negro, ya que la ruta 152 se hallaba en pésimas condiciones y ninguna línea de transporte de pasajeros pasaba por allí.
A partir de las mejoras en la ruta 152 se produjo un mayor tránsito de viajeros desde y hacia la Patagonia, y pasan por la localidad de Puelches, que se ubica en ambos lados de la ruta. Se instaló una estación de servicio, algunos paradores, a instancias de pobladores locales.
 Estas reflexiones permiten vislumbrar que la fundación del lugar vinculado a un asentamiento exclusivamente indígena, se  instaló como un antecedente negativo en una Provincia en la que los ecos de la “Conquista del Desierto” todavía buscan acallar al indio, como se mostrará a continuación.

G.3 Contexto provincial. Recuperación de identidad en  espacios  antagónicos
Un antropólogo que ha estudiado cómo el uso material del espacio pampeano expresa los sentidos antagónicos que aún subsisten sobre lo indígena es Rafael Curtoni. El sostiene que la utilización de monumentos y materialidades para comunicar hechos del pasado de La Pampa, ha sido una práctica común en el paisaje del área.                   
Curtoni además pone sobre el tapete que  en un contexto general de demandas de inclusión social indígena, en La Pampa los monumentos y materialidades que conmemoran a la Conquista (como el monumento en Victorica o el erigido en la ciudad capital de Santa Rosa, ver fotografía 8) siguen convenientemente ubicados en lugares públicos estratégicos (plazas o ingresos urbanos) mientras que los vinculados con grupos nativos permanecen en las afueras de la ciudad, en sitios alejados de las vías habituales de tránsito y además muchos de ellos continúan mal emplazados. 

 Entre los ejemplos citados por Curtoni [8] figura un monolito, ubicado a orillas de la Ruta, que rememora  un acontecimiento ocurrido a varios kilómetros de allí, y  la placa correspondiente no  lo explicita. Otro descuido similar  lo representa el emplazamiento de un cartel para indicar una “rastrillada” (camino indígena) que también está mal emplazado, pues el camino nativo se encuentra a varios kilómetros del cartel indicador  y sin señalizar.
Se trata de materialidades que expresan sentidos mnemotécnicos trasmitiendo mensajes que solo pueden decodificarse a la luz de las situaciones coloniales que los originaron y connotan los sentidos del discurso oficial, resignificando y naturalizando el proceso civilizatorio del exterminio de los Barbaros y el inicio del Progreso (ver fotografía 9) 

Curtoni sostiene que estas prácticas despliegan la doble dimensión del problema indígena en La Pampa: mediante un discurso contradictorio, se afirma la existencia del nativo al  mismo tiempo que se niega su presencia. Se trata de sentidos antagónicos de lo indígena que se perciben en las materialidades dispuestas sobre el espacio, en una poderosa expresión del discurso hegemónico civilizador (Curtoni, 2004 y 2008).
Estas particularidades acerca de los sentidos contradictorios del discurso construido en la Provincia de La Pampa, describen un contexto socio-histórico específico donde los Talleres Participativos como veremos más adelante, permiten a los lugareños recuperar su propia voz y salir del  anonimato.                                                                                                                                                                              

H. Patrimonio como legitimación de Identidades
           H.1      Antecedentes
En este capítulo se ofrecerá una descripción de los cambios en política internacional tocante al reconocimiento de la diversidad cultural impulsado por la UNESCO desde 2002, ya que los cambios que tuvieron inicio en la localidad de Puelches a partir de ese año y que sustentan esta tesis, fueron posibles en una coyuntura histórica de ampliación de derechos.
Sin embargo, ya en 1990, se había aprobado el primer Código de Etica en el 2do Congreso Mundial de Arqueología realizado en Barquisimeto, Venezuela, y en el mismo año se promulgó la Ley “Native American Grave Protection and Reparation Act” (NAGPRA)  Ambos instrumentos jurídicos establecen el reconocimiento de la importancia de la herencia cultural indígena, incluyendo sitios con arte  rupestre, objetos  arqueológicos y sitios con restos humanos (cementerios indígenas)
La ley contempla que ante la demanda expresa de las comunidades interesadas, se debe proceder a la repatriación de los restos humanos y se otros objetos que se relacionen con el pasado nativo, tratándolos con respeto.
Esto revela que en los últimos veinte años y especialmente en Sudamérica, ha surgido una renovada conciencia de la identidad étnica, lo que conlleva una lucha política y demandas de inclusión social y control de sus recursos.
Es este marco, la cultura material es importante para otorgar representación física, tangible a conceptos intangibles como el sentido de pertenencia al lugar.  La forma en que un elemento patrimonial,  -sitio o espacio-   es manipulado, interpretado o recordado ejerce un impacto directo en cómo el Patrimonio es entendido y percibido localmente. (Guastavino y Berón,  2008)
 Desde el punto de vista de los antropólogos, la recuperación de la Memoria mediante el intercambio en talleres y entrevistas, permitirían recuperar estas subjetividades vinculadas con los sitios patrimoniales, tanto las continuidades de los pueblos originarios, como las disrupciones provocadas por el discurso oficial.

H.2    El largo camino local para reconocimiento legal de los pueblos originarios
En  la Argentina, la Constitución Nacional del año 1994 establece en su artículo 41 el compromiso de las autoridades para la preservación tanto del patrimonio natural como el cultural.
Asimismo, en el artículo 75, inciso 17, se reconoce la pre-existencia  étnica y cultural de las comunidades originarias, se garantiza el respeto a su identidad y se asegura la participación de dichas comunidades en aquellos intereses que los afecten.
La Ley Nacional 23.302/85 sobre política indígena y de apoyo a las comunidades aborígenes, declara la atención y apoyo a los pueblos originarios para su participación en el proceso socio-económico y cultural nacional, en un marco de respeto a sus propios Valores  y modalidades, preservando así sus pautas culturales.
La República Argentina ratificó mediante la Ley 24.071 el convenio 169 tratado en la  Conferencia No 76  de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra, realizada en el año 1989. En el apartado sobre política general se hace explícita la participación de los pueblos originarios en las medidas  -legislativas o administrativas- que se tomen reconociendo sus valores y prácticas socioculturales, salvaguardando a las personas, instituciones, bienes, cultura y medio ambiente de los pueblos interesados.
Finalmente, en el año 2003 se promulgó la Ley 25.743, mediante la cual se establece la Protección y preservación del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico como parte integrante del Patrimonio Cultural de la Nación y el aprovechamiento científico y cultural del mismo.
Sin embargo estas herramientas legales, valiosas por lo que representan, carecen en muchos casos de implementación.

 H.3    Convenciones de protección patrimonial
A partir del año 1965 la Conferencia sobre Cooperación Internacional hizo un llamado para el establecimiento de “a trust for the world heritage that would be responsable to the world community for important natural and scenic areas and historic sites for the present and the future benefit of them international citizenry” (Hernandez Llosas 2004:126)
Esta idea se hizo realidad en 1972 con la adopción de la World Heritage Convention bajo el auspicio de la UNESCO. Cada nación fue libre de unirse o no a este esfuerzo, y al presente, más de 100 naciones ya son participantes del mismo.
Desde entonces se ha observado un esfuerzo, tanto de la UNESCO como de otras organizaciones para realizar campañas internacionales para proteger, salvar y restaurar el patrimonio en general, pero evidentemente esto no ha sido suficiente.
Hay que tener en cuenta que la inclusión en la World Heritage List no resuelve el problema de la protección del patrimonio, sino que oficia como mecanismo incentivador,  llamando la atención sobre los potenciales valores patrimoniales generales que cada país puede tener o valorar como tales  (Hernandez Llosas 2002)
Sin embargo, además de estos esfuerzos de los profesionales (quienes son los encargados de presentar las solicitudes correspondientes en UNESCO) para fomentar la protección de sitios, una vez de nuevo sobre el terreno, los arqueólogos han tenido la oportunidad de observar cómo los valores locales difieren de los científicos.

H.4      El Patrimonio ¿algo dado? Confusión entre Herencia y Patrimonio
¿De qué manera perciben y conciben los habitantes locales  registros arqueológicos tales como arte rupestre, geoglifos o petroglifos?   ¿Cómo los integran a su paisaje cotidiano?
¿Es su mirada idéntica a la nuestra como representantes  profesionales de la “ciencia”?
Abordar estos interrogantes como condición necesaria para entender la importancia de los talleres participativos, requiere no solo describir la preocupación que organismos internacionales como la UNESCO y otros han manifestado acerca de la conservación del Patrimonio, sino  comenzar por entender que lo se entiende por patrimonio por parte de los juristas y funcionarios oficiales, no siempre coincide con las creencias locales.
La arqueóloga María Isabel Hernandez Llosas (2002) reflexiona a partir de una diferencia semántica que el  término inglés unívoco para “heritage” suele ocultar:
“When defining “archaeological heritage” many scholars and politicians …perceive the “archaeological record” as “heritage”, although they only recognize the scientific values. The dominant ideology ignores the basic definition of heritage which requires a group of people to recognize something as their own. Only then does the concept of heritage come into play as a social value….In doing so, they are falling to recognize the importance of traditional knowledge, local values and the points of view of the community.”(Hernandez Llosas 2004:148, subrayado es mío)
Hernandez Llosas está planteando la necesidad de que los funcionarios oficiales tomen en cuenta las creencias locales y los vínculos construidos localmente con determinados espacios, ya que hay una diferencia entre la identificación de un objeto como propio, y recibir algo del pasado que requiere ser reconocido como propio:
 “La noción de patrimonio aparece históricamente cuando un individuo o grupo identifica como propios un objeto o conjunto de objetos… (mientras que) para referirse a aquello que se recibe del pasado se utiliza el término de herencia (Hernandez Llosas 2002:127)
Además, así como toda herencia requiere ser aceptada por sus beneficiarios, también tienen todo el derecho a cuestionarla y hasta rechazarla. La ideología dominante suele pasar por alto que reconocer como propios determinados espacios por parte de muchos grupos involucrados requiere también consentir el contexto de sometimiento y persecución ideológica colonial que suele estar vinculado con esos espacios, por lo que no debería llamar la atención la reticencia local en identificarse con un pasado de opresión.
Tal como lo demuestran los hechos, la hegemonía del saber científico que estuvo detrás de las evaluaciones para incluir determinados sitios en la Lista de la UNESCO, no siempre coincide con los valores locales tocante a esos mismos lugares.
Esto sencillamente significa que lo que es Patrimonio para la ciencia puede derivar en una Herencia cuestionada para la comunidad local.

H.5     Ciencia y creencias locales
Estos aspectos diferenciales entre patrimonio científico y creencias locales fueron observados en el terreno por Pablo Cruz, quien llevó a cabo una encuesta etnográfica tanto en Laguna Blanca (2003 y 2004 en Catamarca, Argentina) como en distintos lugares de Potosí (1996-2000 en el Departamento de Potosí, Bolivia).
Cruz pudo constatar que, a pesar de la distancia geográfica y las diferencias socioculturales entre las regiones, las entrevistas “revelan la existencia de un substrato cognitivo común”, que prioriza la selección emotiva de creencias y recuerdos por sobre la incorporación integral del discurso de la ciencia (Cruz 2006 y 2002).
El estudio le permitió concluir que sencillamente la población local “no tiene una visión patrimonial del pasado arqueológico” o al menos no la misma que los arqueólogos. Por ejemplo, en el caso de Laguna Blanca, los habitantes  reconocen que vestigios como aleros locales de arte rupestre son el testimonio de hombres de otra época, mientras que ellos mismos se consideran argentinos y cristianos, nunca indígenas y menos descendientes de los productores del arte rupestre local. [9]
Esta investigación entonces le permitió a Cruz reconocer la brecha entre la percepción local tocante a los sitios arqueológicos, mayormente vinculada con creencias particulares heterogéneas, que difieren del discurso homogéneo y hegemónico de la Ciencia.
“Este resumido ensayo, donde se abordaron algunos aspectos de la manera en la cual los habitantes locales perciben y conviven con  los sitios arqueológicos nos  enfrenta con … tratar de articular, en una relación equilibrada, el conocimiento científico con la percepción local.
“Por más que nos encontremos convencidos de la validez de nuestro trabajo, sería importante contemplar que la lectura arqueológica no es más que una forma de ver y entender el mundo, una entre tantas otras.” (Cruz 2006:44 y 45)                                                    
Este fenómeno de memorias locales que reinterpretan y cuestionan la hegemonía del saber científico [10] fue abordado también por la arqueóloga Ferraro con respecto a una comunidad cercana al Campo de Talampaya, provincia de La Rioja (Ferraro 2010 a)
El parque nacional Talampaya posee un reconocimiento por parte de la UNESCO que lo ha declarado como Sitio del Patrimonio Mundial junto con el Parque Nacional de Ischigualasto, provincia de San Juan. En la zona de influencia del parque se encuentra la localidad de Pagancillo, cercana a la Puerta de Talampaya:
(Los lugareños establecieron una) “relación de retroalimentación con los científicos y los pobladores comenzaron a apropiarse y a reinterpretar los conocimientos que se desarrollaban en el seno de esas disciplinas… Sus iniciativas con respecto al lugar los llevaron a desarrollar actividades turísticas en la zona. Así, los “baqueanos” de los científicos se convirtieron en los primeros guías de visitantes del lugar, y también en maestros de guías: sus hijos y nietos. Estos establecieron una cooperativa y asociación de guías del sitio. Actualmente son los únicos autorizados… a conducir grupos de visitantes.
(Sin embargo) de un diagnostico preliminar se obtuvo la idea de que los pobladores habían aprendido y reinterpretado de manera sui generis algunas nociones de arqueología que fueron trasmitidas de padres a hijos y nietos… Algunos de los contenidos que transmitían a los visitantes carecían absolutamente de verosimilitud.”
“El resultado más estremecedor y que ha servido como disparador para la elaboración de este trabajo ha sido que sobre la evaluación de uno de los carteles interpretativos (diseñados por arqueólogos profesionales informando que la ejecución de arte rupestre se extiende en el lugar desde 2500 AP hasta 100 AP, donde éstos últimos refieren a las marcas de los arrieros del lugar, en muchos casos antepasados directos de los guías [11]) los guías comentan que el cartel está mal escrito y que las últimas ejecuciones pertenecen a 1000 AP….Eso definitivamente muestra un proceso de apatrimonialización [12] con respecto a las representaciones de marcas de ganado que sus propios abuelos realizaron sobre las rocas del lugar… Esa valoración se contrapone con el relato constituido por la Ciencia         
“Los lugares de memoria son estructuras de recuerdo para la identidad de los grupos… La Identidad puede predisponer a la selección de ciertos aspectos del pasado… Observamos que… las representaciones artísticas de sus propios abuelos… no son seleccionadas o se prefieren olvidar.[13]
“Vimos cómo la Ciencia patrimonializa las representaciones de marca de ganado, mientras que la comunidad las ignora como tales… Es necesario no desestimar estos procesos… que las comunidades locales desarrollan.”  (Ferraro 2010 a: 210,211 resaltado es mío)
Esta tendencia creciente a reconocer la particularidad de los procesos locales de memoria se inserta  en un contexto internacional fomentado por la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural, presentada por la UNESCO  en 2002 como “un paradigma nuevo” Esta declaración “eleva la diversidad cultural a la categoría de patrimonio común de la humanidad” y uno de los objetivos trazados en la misma consiste en “Elaborar políticas culturales que promuevan los principios inscritos en la presente declaración”
En este marco  de inclusión y respeto a las autonomías locales, en el año 2002, la Administración de Parques Nacionales de la Argentina, elevó el proyecto conocido como  MRC (Manejo de Recursos Culturales) que consiste en una estrategia para poner en práctica el cuidado  comunitario del Patrimonio Natural y Cultural, y requiere de su puesta en conocimiento mediante Talleres Participativos.

H.6    El Proyecto  de manejo participativo del Patrimonio
En los párrafos anteriores se han realizado consideraciones sobre la práctica social de antropólogos, quienes en su contacto con las Comunidades como parte del manejo de Sitios  con Arte Rupestre, han tenido oportunidad de observar cómo los procesos locales de memoria tienen incidencia directa sobre el reconocimiento Patrimonial de los Sitios mencionados. (Podestá, 1997; Ferraro  2004 y 2010 b)
Desde el proyecto “El manejo participativo del patrimonio como clave para el desarrollo cultural” se han propuesto Talleres Participativos abiertos al público con el propósito de que las Comunidades alcancen un empoderamiento de los sitios con arte rupestre incluidos en su territorio junto con un desarrollo cultural. (Ferraro, 2009)
Estos Talleres, propuestos y organizados desde la Administración de Parques Nacionales,  (APN) han sido llevados a cabo por lo tanto en aquellas comunidades cercanas a los Parques Nacionales de la Argentina  y a su vez  considerados parte del Patrimonio Natural y Cultural  de la Humanidad.
Los autores del proyecto propuesto por la A P N sostienen que:
“El Modelo (que proponemos) apunta a la gradual y progresiva recuperación de la participación comunitaria en la toma de decisiones, interrelacionada con el desarrollo de la percepción y la construcción del pasado y del sentido del lugar.” (Molinari y Ferraro, 2005:3)
Ferraro reconoce que este proyecto  “nos ha enseñado que no solo … se buscarán alternativas económicas en torno a los recursos culturales … sino también … un fortalecimiento de la identidad a través de espacios donde la gente pueda definirse (y) establecer la historia en común” (Ferraro  2009:239)
Las experiencias llevadas a cabo en distintos lugares del país “permiten afirmar que se pueden alcanzar resultados disímiles según la realidad local” según palabras de sus coordinadores. (Ferraro 2009:238)
Una de las primeras experiencias con talleres participativos fue llevada a cabo en Gobernador Gregores, Provincia de Santa Cruz, y luego en el 2002 se iniciaron en Puelches, provincia de  La Pampa. Los talleres de Gobernador Gregores  dejaron de funcionar en 2005, habiendo cumplido parcialmente con los objetivos (Ferraro 2009).
Si los talleres de Gregores dejaron de funcionar al poco tiempo y los de Puelches llevan más de diez años,  ¿es posible rastrear los factores diferenciales que pudieron haber conducido al éxito? Se trata de una respuesta que este trabajo trata de dilucidar.
Este Proyecto Nacional de manejo participativo del Patrimonio, se inserta a su vez en un marco de creciente reconocimiento sobre Derechos de la Diversidad Cultural, el cual se viene desarrollando desde hace más de veinte años.
Por lo tanto,  después de haber sintetizado las transformaciones a nivel internacional, sería conveniente regresar a la región y repasar lo que ocurrió localmente, con el propósito de relacionar convenientemente los Talleres Participativos  llevados a cabo en Puelches con el contexto socio-histórico donde  estos talleres son insertados, y evaluar los cambios observables.
Sin embargo, pese al contexto de cambio internacional,  en la actualidad los descendientes de los fundadores indígenas de Puelches no participan aún en la toma de decisiones de la localidad,  lo que puede ser otro indicio del largo proceso de invisibilización de lo indígena en La Pampa, donde los ecos de la “Conquista del Desierto” todavía resuenan

H.7    Puelches y el Parque Nacional Lihue Calel
A partir de la década del ’90 el Ministerio de Bienestar Social de la Provincia, implementó un programa para que la localidad de Puelches se apropiara del Parque Nacional Lihue Calel para funcionar como centro para las delegaciones de turismo. Por otra parte, el desarrollo de los talleres participativos implementados a partir del año 2002 en todo el país, ha sido documentado y asentado en las Actas correspondientes. Se sigue que el seguimiento de las actas de los talleres de Puelches permitirá observar una diferencia entre la búsqueda de desarrollo sustentable local y el reconocimiento de la herencia patrimonial como propia, algo que analizaré más adelante con más detalle.
No obstante, recordando que el proyecto de los talleres tuvo como principal objetivo el empoderamiento de los recursos por parte de las comunidades cercanas a los Parques Nacionales distribuidos por todo el territorio, entonces el Parque Lihue Calel cercano a Puelches, merece una breve descripción a modo de introducción al espacio local.
El Parque Nacional Lihue Calel, creado en 1977 (decreto Ley N°609/77) cuenta son una superficie de 9901 hectáreas y está bajo la Administración de Parques Nacionales. El parque es considerado un “oasis en medio de la pampa seca”: hay vegetación en medio de la aridez, así como flora y fauna típica del lugar. Arroyos estacionales hacen posible que la vida renazca cada año. Pero lo que singulariza al lugar es el recuerdo de los pobladores que lo habitaron hace muchos años, ya que la zona atesora un cementerio indígena y gran número de paneles con pinturas rupestres  (Ver foto 10) [14]


Se contempla la transferencia de resultados de la investigación arqueológica a un Museo del Sitio, que dé a conocer al público las costumbres funerarias, y la caracterización bioarqueológica de los individuos enterrados allí. (Guastavino y Berón, 2008) Con relación al sitio   Chenque I, Marina Guastavino y Mónica Berón comparten:
“Teniendo en cuenta… el valor científico (y simbólico) del sitio… (se) comenzaron a desarrollar una serie de acciones horizontales y participativas”(Guastavino y Berón 2008:7)
Las arqueólogas citadas tuvieron una participación activa en los primeros talleres de Puelches, compartiendo los datos relevados de su investigación en el lugar, como se observará al momento de abordar el contenido de las actas de los talleres mencionados.
Por otra parte y con relación a los sitios con arte rupestre próximos a Puelches, el alero Valle de las Pinturas, es el único recurso cultural del Parque Lihue Calel difundido al público mediante un sendero de interpretación cultural desde julio de 1997 (Ver foto 11)[15]


El mismo presenta un guión interpretativo formado por una serie de descripciones que acompañan a las pinturas e invitan al visitante a reflexionar acerca de cómo vivían y qué actividades desarrollaban los antiguos habitantes del lugar  (Ferraro 2004).

En la puesta en valor interpretativo de los recursos culturales del  Lihue Calel  el  proyecto       original apuntaba a crear un acercamiento interactivo con el pasado utilizando los elementos naturales y culturales del paisaje. De la misma forma, los arqueólogos han planteado la necesidad de un manejo adaptativo que fuera capaz de minimizar los riesgos de deterioro, y anticipar las consecuencias no previstas  que resultan de las visitas a los espacios del paisaje  local.  

 H.8     Interrogantes que emergen del contexto local
¿Qué decisiones tomarán los pobladores de Puelches con respecto a lo que la ciencia revela tocante a los registros arqueológicos del Parque Nacional Lihué Calel? ¿Confirmarán el supuesto  que se ha construido en la provincia de que “los indios son unos vagos y no les gusta trabajar”?
En definitiva: El patrimonio cultural asignado del Parque Lihué Calel, ¿será asumido como patrimonio  o como herencia a cuestionar?
Con estas preguntas en mente, es hora del análisis de diez años de talleres participativos tal como han sido publicados en actas



[1] El recorrido de este capítulo, que incorpora los trabajos publicados de historiadores y arqueólogos, en tanto empleen métodos vinculados con las ciencias sociales, permitirán su incorporación al contexto integral de mensajes comunicativos vinculado a la localidad de Puelches.
[2]Estos y otros  datos vitales para entender el contexto de esta comunidad han sido compilados por la historiadora Claudia Tarquini   (Tarquini 2009)
[3] Esta Ley dictada el 2 de octubre de 1884 bajo la presidencia de J.A. Roca fue conocida como “Ley del Hogar”. Facultaba al Gobierno para donar (?) tierras conquistadas durante las campañas militares a fin de promover la agricultura. Aunque se debían entregar a aborígenes y gauchos de escasos recursos, su aplicación práctica  se vio dificultada por  Terratenientes y otros grupos de poder que respondían a sus propios intereses.
[4] Se exigía el cultivo y producción de los lotes de tierra adjudicados.
[5] Fotos de aborígenes puelches y condiciones del terreno en álbum anexo al final. (ver más en Sixto 2011)
[6] La historia muestra que  J.M. de Rosas había iniciado una política de negociación pacífica con los indios a partir de 1820. Aunque durante mucho tiempo se catalogó a los “indios amigos” como traidores a su razaHay que tener presente que los grupos indígenas que habían tomado la opción de asentarse bajo el control hispanocriollo lo hicieron en un contexto de alta presión (y) hostigamientos. … (sumado al) impacto de perder miembros de su comunidad cuando concurrían a las guarniciones fronterizas para retirar raciones pactadas y eran presos o directamente asesinados. (En medio de estas difíciles condiciones) es muy probable que el único refugio fuera instalarse bajo el control hispanocriollo” (Tarquini 2009, páginas 38 y 39)  

[7] Ver mapas y fotos del lugar en álbum anexo al final.
[8] Más fotos  registradas por Curtoni (2004 y 2008) en álbum anexo al final ( páginas 195 y 196)
[9] Ver fotos de los sitios con arte rupestre  relevados por Cruz en Laguna Blanca (Catamarca) y en el sur de Bolivia en anexo al final (página 197)
[10] Tanto las observaciones de Ferraro como las de Cruz guardan correspondencia con lo que observaron Durkheim  y  Mauss respecto a  la prevalencia de valores emocionales en las clasificaciones domésticas, y justifica suficientemente su incorporación en el análisis sistémico de los procesos sociales.  
[11] Podestá y Rolandi (2003), cfr por Ferraro (2010 a)
[12] Ferraro articula los conceptos elaborados por J.  Candau quien describe el desarrollo de  procesos locales  denominados como patrimonialización y apatrimonialización  de sitios vinculados a la Memoria.( ver Candau 2002)
[13] Ver  marcas de ganado pintadas en la roca tal como fueran registrada por Podestá (2007) en álbum anexo al final, junto con imágenes de Petroglifos del Parque Nacional Talampaya  (página 198)
[14] Más fotos del alero del Valle de las Pinturas  en álbum anexo al final.(páginas 191-193)
[15] Más fotos del Parque Nacional Lihue Calel  en álbum anexo al final.(páginas 187-194)

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